Que el sedentarismo y los excesos en las comidas
son factores que predisponen al sobrepeso es bien conocido por todos.
Ahora, que alguien diga que “las dietas restrictivas son una de las
principales causas de obesidad” es, por lo menos, llamativo. Una
especialista consultada por Infobae aseguró que “los regímenes que
prohíben alimentos no son la solución”
La pandemia de obesidad tiene, básicamente, dos grandes causas
conocidas por todos: el exceso en las comidas y el sedentarismo. Pero
hay otra gran cantidad de factores que influyen en que el peso de una
persona se “dispare”.
“Existen factores emergentes de obesidad”, aseguró a Infobae la
doctora Mónica Katz, médica especialista en Nutrición y directora de la
carrera de Médico Especialista en Nutrición de la Universidad Favaloro. Y
enumeró: “la deuda de sueño (dormir menos de 7 horas diarias), la
climatización constante de los ambientes, ya que evita que el cuerpo
tenga que adaptarse al frío y al calor y gastar calorías en ello, el
desacople entre las campañas antitabaco muy efectivas y cero campañas
anti obesidad, siendo que dejar el cigarrillo implica una ganancia de
peso que a veces inicia una obesidad si no se hace con control médico y
el uso de psicofármacos, que tienen efectos en la ganancia de peso”.
Asimismo, Katz habló de los “estilos parentales” como otro factor
causante de obesidad: estilos parentales coercitivos (tanto orientados
hacia el “comé” como “no comas”) son promotores de obesidad. “En los
casos donde el control lo tiene el padre, en general, genera obesidad”,
destacó la especialista, que mencionó la “pérdida de la mesa familiar”
como otro gran “culpable” de la epidemia de obesidad.
“Existen casas donde la madre es dietante crónica y come yogurt y no
se sienta a la mesa y sólo sirve a los demás, el padre come hipocalórico
e hipo graso y los chicos milanesa con papas fritas. Ese no compartir
ni el menú (dado que los chicos aprenden por modelado) y no compartir la
mesa es un factor de riesgo de obesidad también”, remarcó, al tiempo
que recomendó “volver al menú compartido”.
Así -según Katz-, “si a alguien en la casa le gusta la milanesa, bien
podría hacerse con ensalada para quien está a dieta y papas fritas para
el resto y al día siguiente comer lo que le guste a otro”.
Compartir y consensuar el menú es una de las claves que la
especialista propuso a la hora de proponerse “recuperar la mesa
compartida”.
Las dietas, las culpables de todos nuestros males
Como si fuera fácil cumplirlas al pie de la letra, ahora resulta que las dietas son las principales causantes de obesidad.
Así al menos lo dejó entrever Katz al citar evidencia científica al respecto.
“La investigadora norteamericana Tracy Mann le encargó un estudio a
lo que sería la Anses de los EEUU –contó Katz-. En 2006 le pidió que
investigue si las dietas funcionan para ver si las cubría el sistema de
salud norteamericano”.
Fue luego de una revisión sistemática de estudios que se llegó a la
conclusión de que “la gente baja de peso con diferentes dietas, pero ya
entre seis meses y un año empiezan a subir; y a los dos y cinco años la
mayoría había recuperado su peso“.
“Las responsables de ese odiado efecto rebote son ni más ni menos que
las dietas extremas, las que proponen abstinencia y que no pueden ser
sostenidas en el tiempo”, consideró Katz, quien destacó que “a partir de
ese estudio las entidades gubernamentales de los EEUU decidieron no
cubrir los tratamientos de obesidad”. Eso hasta que tras la llegada de
Barack Obama a la presidencia y frente a la epidemia imparable que
tienen de obesidad “en enero de este año decidieron cubrirla igual,
aunque acotadamente y la persona tiene que demostrar que baja al menos
tres kilos en seis meses”, sintetizó.
Lo que para Katz demuestran estudios como este es que “se están haciendo las cosas mal”.
“Quizá lo que debemos predicar es una alimentación para bajar de peso
que sea balanceada, placentera y sostenible en el tiempo“, argumentó la
especialista.
Y finalizó: “En las dietas no debe haber alimentos prohibidos porque
si los hay, como en el mercado están, la gente los come igual…¿cuándo?
Cuando nadie los ve. Porque la regla básica del dietante es que las
calorías que se comen a solas nunca existieron. Entonces ¿de qué vale
sacar el salamín o el chocolate de la dieta si siguen estando? ¿No será
mejor aprender a manejar los deseos a favor?”.
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