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jueves, 1 de noviembre de 2012

ANEMIA


Se considera anemia cuando disminuye la concentración de hemoglobina en sangre, aunque la de eritrocitos sea normal o incluso elevada. Los límites de referencia de la concentración de hemoglobina en sangre pueden variar según la población analizada, ya que depende de factores diversos como la edad, el sexo, las condiciones ambientales y los hábitos alimentarios. La anemia constituye una de las causas más frecuentes de consulta por tres motivos principales:
  • Elevada incidencia en niños, mujeres, jóvenes o sujetos adultos con carencias en su alimentación (déficit de hierro y ácido fólico, especialmente).
  • Suele estar asociada a muchas otras patologías, en las que constituye un síntoma del trastorno subyacente.
  • Elevada frecuencia en ciertos grupos étnicos (relacionada con la malnutrición y muy extendida, por lo tanto, en aquellos países en vías de desarrollo, cuya población carece de recursos para mantener una alimentación adecuada). 
En España, la causa más habitual es la falta de hierro (anemia ferropénica) cuya incidencia es especialmente elevada en mujeres jóvenes y niños en edad de crecimiento. Las manifestaciones clínicas de la anemia (síndrome anémico) son consecuencia de la puesta en funcionamiento de diversos mecanismos de adaptación para hacer frente al descenso de la oxigenación de los tejidos (hipoxia) y depende, principalmente, de la edad del paciente, la rapidez de su instauración y el estado del sistema cardiovascular.

Valores orientativos de hemoglobina

 Normalidad (g/L)Límite inferior
Recién nacidos (a término)160 ± 30140
Niños 3 meses150 ± 2095
Niños de 1 año120 ± 10110
Niños entre 1 y 12 años130 ± 10120
Mujeres (no embarazadas)140 ± 20120
Varones150 ± 20130
ADAPTACIÓN DEL CUERPO A LA ANEMIA:
Ante un descenso de la concentración de hemoglobina en sangre, el organismo responde siempre con un aumento de la síntesis de eritropoyetina (Epo). El mecanismo implicado en este proceso se halla directamente relacionado con la hipoxia (falta de oxígeno en los tejidos), y constituye el principal mecanismo de adaptación a la anemia. Junto a ello se ponen en marcha otros mecanismos de adaptación que tienen lugar en el propio sistema hematopoyético y en el aparato cardiovascular. 
En el sistema hematopoyético se produce un estímulo de la eritropoyesis (síntesis de eritrocitos). El sistema cardiocirculatorio responde, en primer lugar, mediante una vasoconstricción generalizada (preferentemente en piel, riñón y área esplénica) y posteriormente, con la redistribución del volumen sanguíneo (volemia) y el aumento del volumen plasmático.

Estímulo eritropoyético

Es una consecuencia directa del aumento de la concentración de Epo, y su objetivo es aumentar el número de eritrocitos circulantes (glóbulos rojos en sangre).

Mejor aprovechamiento de la hemoglobina disponible

Se consigue aumentando la concentración intraeritrocitaria (dentro de los eritrocitos) de 2,3-difosfoglicerato (DPG), ya que este compuesto disminuye la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno. Este efecto favorece la liberación de oxígeno a los tejidos.

Adaptación del sistema cardiocirculatorio

Ante una anemia, el organismo responde de forma inmediata con una redistribución de la sangre, cuyo objetivo es garantizar la oxigenación de los órganos vitales. En este proceso se producen dos fenómenos simultáneos:

Redistribución del flujo sanguíneo

En el fenómeno de redistribución se produce una vasoconstricción de las áreas menos necesitadas, por ejemplo, la piel (palidez) y el riñón, para derivar la sangre a regiones más críticas, por ejemplo, el cerebro. Es decir, los vasos sanguíneos de órganos menos importantes se cierran y la sangre que no puede pasar por ellos se desvía para pasar por otros de órganos más importantes.

Aumento del débito cardiaco

El mayor débito o gasto cardíaco es una respuesta a la hipoxia de los tejidos; es decir, aumenta la cantidad de sangre bombeada por el corazón. Este fenómeno no se desarrolla hasta que la concentración de hemoglobina en sangre desciende por debajo de 70 g/L. Clínicamente, el mayor débito cardiaco se manifiesta con taquicardia y aparición de soplos sistólicos funcionales (producido por la sangre al salir del corazón sin que haya ninguna patología en las estructuras cardiacas). Si la anemia es muy intensa y de instauración brusca (anemia aguda), la disminución de la presión venosa puede facilitar la aparición de un shock hipovolémico. Por el contrario, cuando es de instauración lenta (anemia crónica), existe un aumento progresivo y característico del volumen plasmático para mantener la volemia y evitar la aparición del shock.
SÍNTOMAS:
El síndrome anémico lo forman un conjunto de signos y síntomas que ponen de manifiesto la disminución de la hemoglobina y el desarrollo del mecanismo de compensación. Los principales síntomas de la anemiason: 
  • Palidez. Es uno de los signos más característicos de la anemia y una consecuencia directa de la vasoconstricción generalizada (cierre de los vasos sanguíneos) y del descenso de la concentración de la hemoglobina en sangre.
  • Astenia: constituye un síntoma general muy ligado a la anemia (el individuo anémico se siente “cansado”).
  • Disnea: sensación subjetiva de falta de aire.
  • Fatiga muscular: incluso con pequeños esfuerzos.
  • Manifestaciones cardiocirculatorias: taquicardia y palpitaciones que son constantes en caso de anemia moderada o intensa, especialmente cuando se instaura bruscamente. En una anemia crónica de aparición lenta, el único signo apreciable de la anemia es un soplo sistólico funcional (ruido que hace la sangre al salir del corazón). Si la anemia es muy intensa se sobreañade una taquipnea (respiración muy rápida) y/o pérdida del conocimiento.
  • Trastornos neurológicos: alteraciones de la visión. Cefaleas (dolor de cabeza). Cuando la hemoglobina desciende por debajo de 30 g/L (anemia grave) pueden aparecer signos de hipoxia cerebral, cefaleas, vértigos, e incluso un estado de coma
  • Manifestacione neuromusculares: consisten principalmente en cambio de la conducta, cefaleas, vértigos, trastornos visuales, insomnio, incapacidad para concentrarse y, ocasionalmente, desorientación
  • Alteraciones del ritmo menstrual: la existencia de reglas abundantes (hipermenorrea) es la causa más frecuente de anemia en las mujeres jóvenes, aunque suele ser una anemia moderada (Hb: 90-110 g/L). Sin embargo, cuando la anemia es más intensa, suele apreciarse una disminución del ritmo menstrual, con tendencia a la amenorrea. Lo que sucede es que, frente al descenso de la hemoglobina, el organismo reacciona disminuyendo, o incluso anulando, la pérdida hemática.
  • Alteraciones renales: se produce una retención acuosa que puede dar lugar a la aparición de edemas o hinchazón en las piernas.
  • Trastornos digestivos: consisten en anorexia, náuseas y, ocasionalmente,estreñimiento.
  • Fuente: webconsultas

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