A continuación te detallamos cuáles son los tipos de ecografías existentes, para que y cuándo se emplea cada una de ellas y qué nos revela su lectura:
- Ecografía bidimensional o 2D: es la modalidad más utilizada. Los ecos rebotados por las estructuras que atraviesa el haz de ultrasonidos son visualizados como múltiples imágenes secuenciales en escala de grises.
- Ecografía Doppler color: fundamentalmente sirve para estudiar vasos sanguíneos y el corazón. La sangre que circula a su través se representa en tonalidades de color, habitualmente rojo o azul. El color nos da información sobre si la sangre se acerca (rojo) o se aleja (azul) de la sonda del ecógrafo y la intensidad del color sobre la velocidad a la que circula. Estos datos nos ayudan a determinar si la cantidad de sangre y su dirección son adecuadas.
- Ecografía Doppler pulsado: al igual que la anterior también sirve para estudiar vasos sanguíneos y el corazón. Se recoge en forma de gráfica el patrón de flujo, la cantidad de sangre que pasa por unidad de tiempo, en un vaso sanguíneo determinado o en una cavidad cardiaca y se compara con patrones de normalidad. Esto nos da información sobre el estado funcional de la placenta, sobre la oxigenación fetal, sobre si la sangre fluye con normalidad a través de las válvulas y cavidades cardiacas y grandes vasos sanguíneos, etcétera.
- Ecografía 3D: se llama ecografía 3D a la técnica ecográfica que nos permite recoger información volumétrica del objeto a estudiar, a diferencia de la ecografía 2D, donde sólo podemos ver planos del objeto estudiado. Una vez recogido un volumen, se puede estudiar sin el paciente delante, podemos ver con mayor facilidad la superficie del feto, pero también estructuras internas como el esqueleto. El volumen ecográfico es como un bloque a través del que podemos navegar, pudiendo hacer cortes en los diferentes planos del espacio para conseguir una mejor evaluación del feto.
- Ecografía 4D: en los inicios de la ecografía 3D era muy complicado conseguir un volumen de una zona a estudiar, podía tardarse 20 minutos o más. En la actualidad la adquisición de un volumen es prácticamente instantánea. Cuándo recogemos y visualizamos volúmenes de manera secuencial, a una velocidad de aproximadamente 24 volúmenes por segundo, tenemos la misma sensación de movimiento continuo que experimentamos viendo una película de cine, este efecto de movimiento continuo de volúmenes es lo que se llama ecografía 4D o ecografía 3D en tiempo real.
- Reportaje ecográfico 4D: algunos gabinetes ecográficos ofertan este estudio, que se suele acompañar de una ecografía convencional en 2D y que no es necesario desde el punto de vista médico. Va dirigido a los padres que, además de conocer el estado de salud de su futuro hijo, quieren tener un reportaje fotográfico de su aspecto físico, en particular de su cara. Esto se puede hacer con ecografía 3D (una imagen de un volumen) o 4D (un vídeo de una secuencia de volúmenes) en cualquier momento del embarazo si se dan las condiciones oportunas, pero se recomienda hacia la semana 26-28, donde el feto es lo suficientemente grande para tener un aspecto parecido a un recién nacido y existe todavía una cantidad adecuada de líquido amniótico (es imprescindible que la estructura a estudiar esté totalmente rodeada de líquido para poder visualizar su superficie).
¿Es útil la ecografía 3D o 4D?
Una aclaración sobre la utilidad de la ecografría 3D-4D: en la actualidad no existe evidencia de que mejore el diagnóstico, por lo tanto no figuran como exploración necesaria en ningún protocolo de estudio. Lo que sí puede la ecografía 3D-4D es ayudar en determinados casos en la evaluación de alguna anomalía previamente detectada en ecografía 2D.
FUENTE: webconsultas
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