Existen determinados signos y síntomas que hacen sospechar que una persona puede estar padeciendo anorexia nerviosa, no obstante, el diagnóstico, tratamiento y seguimiento siempre deben ser realizados por un profesional sanitario especialista. Estos signos son:
Signos de la anorexia
- Pérdida excesiva de peso en un corto espacio de tiempo.
- Sentimiento constante de obesidad no fundado y deseo férreo de seguir adelgazando, con control activo (mirarse repetidamente al espejo, pesarse varias veces al día, contar las calorías…).
- Retraso del crecimiento y desarrollo (en niños y adolescentes).
- Alteraciones de la menstruación o ausencia de esta.
- Realización de ejercicio físico constante y excesivo.
- Empleo de ropa holgada, principalmente pantalones.
- Evitar comidas en compañía.
- Huir de la mesa después de comer.
- Disimular la comida para no ingerirla (partir en trozos pequeños y esparcirla por el plato, tirarla al suelo, esconderla…).
- Aislamiento progresivo y pérdida de vínculos sociales.
- Alteraciones anímicas con tendencia a la depresión y la ansiedad.
- Obsesión por el contenido calórico de todo lo que se consume, tomando solo alimentos bajos en calorías.
- Empleo no controlado de diuréticos y laxantes.
- Baja autoestima.
SÍNTOMAS:
Síntomas de la anorexia
En el ámbito clínico los principales síntomas de anorexia nerviosa son:
- Sequedad de la piel, con posibilidad de presencia de grietas.
- Aparición de vello fino (lanugo) en mejillas, espalda, muslos y antebrazos.
- Pigmentación amarillenta en la piel, principalmente en las plantas de los pies y las palmas de las manos. Esto se debe a un aumento de carotenos en sangre (precursores de la vitamina A) por un trastorno en su metabolismo.
- Extremidades frías.
- Uñas quebradizas y caída de cabello.
- Hipertrofia de las glándulas salivares, como las glándulas parótidas y las glándulas submandibulares.
- Alteraciones dentales, con tendencia a la corrosión del esmalte dental y presencia decaries. Esto es especialmente patente en pacientes que se purgan a través de la autoinducción del vómito.
- Alteraciones gastrointestinales: flatulencia, hinchazón, dolor abdominal y estreñimiento (excepto si se emplean laxantes que pueden ocasionar diarreas que alteran el equilibrio electrolítico).
- Alteraciones cardiovasculares: tensión baja (hipotensión), descenso de la frecuencia cardiaca (bradicardia), alteraciones del ritmo cardiaco (arritmias), etcétera.
- Alteraciones del riñón: indicativos de un mal funcionamiento. Pueden encontrarse niveles de potasio bajos (hipopotasemia), niveles elevados de compuestos derivados del nitrógeno (azotemia), y elevación de los niveles de creatinina sérica.
- Hemograma: niveles bajos de glóbulos rojos (anemia) y glóbulos blancos (leucopenia).
- Niveles bioquímicos: niveles bajos de glucosa (hipoglucemia), aumento de triglicéridos, transaminasas y del proteinograma general, así como del colesterol (hipercolesterolemia). Si el paciente, además, suele emplear purgantes, enemas, o se autoinduce el vómito, existen otros parámetros específicos alterados.
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