Los escáneres de rayos X de cuerpo entero y los
del equipaje pueden dañar algunas bombas de insulina y monitores
continuos de glucosa, usados por muchos diabéticos para gestionar sus
afecciones.
Es probable que cada día muchos viajeros expongan estos dispositivos
para el tratamiento de la diabetes a los rayos X de los controles de
seguridad de los aeropuertos "y algunos pueden tener fallos leves [o
peores] en su funcionamiento como consecuencia de eso", escribieron los
autores de un editorial reciente en la revista Diabetes Technology &
Therapeutics.
Recomiendan que lleven consigo una carta que detalle todos los
aparatos médicos que una persona con diabetes necesita llevar a bordo.
También recomiendan que si alguien lleva consigo una bomba de insulina o
monitores continuos de glucosa, la carta ha de especificar que esos
dispositivos no deberían pasarse por los rayos X, por un escáner del
cuerpo entero ni por el control de rayos X del equipaje. En lugar de
eso, esos dispositivos deberían ser revisados a mano, según el editorial
de los coautores Andrew Cornish y el Dr. H. Peter Chase, de la
Universidad de Colorado en Denver.
La Dra. Tracy Breen, directora de diabetes del Sistema de Salud North
Shore-LIJ en New Hyde Park, Nueva York, se mostró de acuerdo con este
consejo.
"Siempre recomiendo que las personas con diabetes viajen con una
carta de sus médicos que declare su diagnóstico de diabetes, cuáles son
sus necesidades para el viaje y los suministros que llevan consigo",
aseguró Breen. "Ya que realmente no sabemos lo que le puede ocurrir a
una bomba de insulina o a los [monitores continuos de glucosa] cuando
pasan por el escáner, es importante seguir las recomendaciones de los
fabricantes".
"También es importante que las personas y los médicos conozcan las
directrices de la Administración de Seguridad del Transporte (TSA) y que
consideren remitirse a esas directrices en la carta para los viajes".
El editorial expuso la experiencia de una paciente de 16 años a quien
la TSA le pidió que pasara la bomba de insulina por un escáner de
cuerpo entero. Como consecuencia de la exposición a los rayos X, el
fabricante de bombas aconsejó a la joven que desconectara la bomba,
porque no podían estar seguros de si había sido dañada o no.
Cualquier bomba que use lo que se conoce como motor de corriente
continua está en riesgo al exponerse a los rayos X, según el editorial.
Las bombas de insulina fabricadas por Medtronic, Animas y Tandem
Diabetes Care usan motores de corriente continua.
"Al igual que el resto de fabricantes de bombas de insulina,
recomendamos que no se exponga la bomba t:slim al escáner de cuerpo
entero", afirmó Susan Morrison, directora de relaciones empresariales
con los inversionistas de Tandem, en San Diego. Morrison comentó que
Tandem también recomienda que la bomba t:slim no se exponga a los
controles de rayos X de los equipajes.
En la actualidad, las únicas bombas de insulina aprobadas por la FDA
que no usan motores de corriente continua son las OmniPod de Insulet.
Esa bomba usa un cableado de aleación con memoria de forma que, según la
compañía, no se ve afectado por la exposición a los rayos X. El manual
de usuario de Insulet afirma que tanto las cápsulas, que contienen la
insulina y se fijan al cuerpo, como el dispositivo inalámbrico que
controla el suministro de insulina pueden pasar por los rayos X.
Medtronic también advierte que sus monitores continuos de glucosa no deberían exponerse a ningún tipo de rayos X.
Ninguna de las compañías de bombas expresa su preocupación por pasar
estos dispositivos por el detector de metales de los aeropuertos.
El editorial comentó que en un avión, la presión de cabina alta puede
hacer que algunas bombas de insulina suministren algo más de insulina.
En general, esto no supone una gran preocupación para los adolescentes o
adultos, porque la cantidad de insulina adicional que puede
suministrarse no es lo suficientemente alta como para que cambien mucho
los niveles de azúcar en la sangre.
Pero, en el caso de los niños pequeños que usan cantidades minúsculas
de insulina, la cantidad adicional de insulina podría provocar un
descenso en los niveles de azúcar en la sangre. Los padres que son
conscientes de este riesgo pueden controlar con mayor cuidado a sus
hijos al volar para evitar niveles bajos de azúcar en la sangre de forma
inesperada.
Además, la sensibilidad de los monitores continuos de glucosa puede
verse afectada por los cambios de presión de cabina, de manera que una
presión más alta podría provocar que las lecturas fueran más bajas.
Los autores del editorial afirmaron que se necesita más investigación
para determinar con exactitud en qué medida tanto el suministro de
insulina como las lecturas de los monitores continuos de glucosa se ven
afectados por la presión de cabina.
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