El estado de ánimo, el control de las emociones y los problemas no sólo nos afectan internamente, sino que se notan en nuestro aspecto. Nuestra piel refleja cómo nos sentimos, por eso es importante que practiquemos técnicas de relajación, respiraciones profundas y autocontrol para aprender a desechar todos esos malos sentimientos.
El estrés: Éste produce mucho cortisol, que es una hormona que impide que las nuevas células se regeneren por lo que mientras más estresada te encuentres más posibilidades tienes de que tu piel envejezca prematuramente.
- La tristeza y el enojo: Aunque no lo creas, pueden causar arrugas por los gestos que haces. La tristeza muchas veces no nos permite dormir bien, lo que a la larga se reflejará en ojeras, ojos hinchados y hasta cutis opaco.
- El miedo: Cuando sentimos miedo el cerebro libera adrenalina, la cual reduce la cantidad de sangre y oprime los vasos sanguíneos de nuestra piel haciéndote lucir pálida.
CUÍDATE
Lo mejor es consentirte y tratar de mantenerte relajada.
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