Las personas que se han sometido a una cirugía de
reemplazo de cadera tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular
isquémico y accidente cerebrovascular hemorrágico en las dos primeras
semanas después de la cirugía. Por ello, asegura un trabajo que se
publica en Stroke, las personas de edad avanzada deben sopesar los
beneficios de la cirugía frente el riesgo de accidente cerebrovascular.
«Este es el primer estudio que ha valorado el riesgo de ictus en
pacientes sometidos a reemplazo total de cadera en comparación con las
personas en la población general que no se sometieron a la cirugía»,
señala Frank de Vries, de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos.
Un accidente cerebrovascular hemorrágico está causado por una
hemorragia en el cerebro mientras que en un ataque cerebral isquémico el
culpable es una obstrucción de la arteria.
Menos hospitalización
Según de Vries, valorar el riesgo a los dos semanas de la cirugía es
importante porque hay una tendencia a disminuir el tiempo de la
hospitalización debido a que las terapias son mejores, pero también con
el fin de reducir los costes y movilizar a los pacientes tan pronto como
sea posible.
La cirugía de reemplazo total de cadera es cada vez más común en
EE.UU. y Europa. Cada año se realizan aproximadamente 1 millón de
cirugías de reemplazo de cadera en todo el mundo.
Los investigadores identificaron 66.583 pacientes en los registros
daneses que habían sido sometidos a este tipo de cirugía y los
compararon con 199.995 que no se habían sometido a la cirugía. Los
participantes del estudio tenían una edad media de 72 años.
El trabajo también ha tenido en cuenta el papel de los medicamentos
para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. Los resultados
muestran que los pacientes que utilizaban aspirina tenían un menor
riesgo de ictus, hasta un 70 por ciento más bajo, que los que no tomaron
aspirina. Otros medicamentos, sin embargo, no mostraron efecto alguno.
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