Estás
siguiendo una dieta estrictísima y tomando dos litros de agua al día...
pero ¿estás haciendo ejercicio? ¿Qué tan variada es tu dieta? Puede ser
que estés cometiendo uno (o varios) de los errores más graves para tu
alimentación. Conoce la lista y aléjate de estas nocivas prácticas.
La comida
- Demasiados snacks: Comer pequeñas porciones de comida durante el
día no es saludable para todo mundo. Si no eliges con mucho cuidado tus
tentempiés puedes terminar subiendo de peso en vez de bajar. La
solución: duerme más. Estudios recientes demuestran que las mujeres que
duermen cinco horas al día o menos tenían 32% más probabilidades de
subir de peso que las que dormían un promedio de siete horas.
- Salido de la fábrica: Parece ser que la comida procesada ha
conquistado al mundo. Desde las barritas de granola y fruta hasta las
más famosas hamburguesas, es normal que algunas veces caigas en la
tentación. La solución: compra fruta y verdura fresca en el mercado más
cercano a tu casa y disfruta de un refrescante, delicioso y 100% natural
coctel.
- Calorías líquidas: Seguramente tienes claro que los refrescos
contienen demasiada azúcar y en general no son recomendados por los
nutricionistas, pero ¿qué hay de las aguas y jugos de fruta? Al comparar
etiquetas, descubrimos que un vaso de jugo de manzana contiene la misma
cantidad de azúcar que un vaso de refresco de cola. La solución: diluye
el jugo que tomes y prepara el agua sin azúcar.
Las prácticas
- Siempre lo mismo: Uno de los cinco puntos básicos de cualquier
dieta es la variedad de sus componentes. Si tu nutricionista te indicó
que elimines ciertos alimentos procura no basar tu dieta en sólo ciertos
grupos alimenticios. Por ejemplo, las frutas y verduras son súper
saludables pero una dieta de sólo frutas no lo es. La solución: pide a
tu médico que planee comidas completas para ti.
Hambre de relajación: Además de comer helado y galletas cuando estás
deprimida, seguramente te has sorprendido comiendo un snack cuando estás
estresada, o justificando un consumo grande de azúcar después de un día
pesado. Relacionar ciertas emociones con alimentos es muy peligroso, en
tu cerebro se puede crear la conexión de tristeza=hamburguesas y
estrés=helado. La solución: cambia tus "relajantes". Cuando estés
nerviosa, toma un té o come apio.
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