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viernes, 9 de noviembre de 2012

¿Es compatible el ejercicio si se padece de asma?


Los ataques de asma provocados por el ejercicio se dan en casi todos los pacientes asmáticos que hacen ejercicio de una cierta intensidad, máxime si han disminuido (o retirado) la medicación antiasmática. Este fenómeno es tan típico, que si no está presente, debería revisarse el diagnóstico de asma bronquial. En algunos pacientes es la única manifestación de su enfermedad.
Dado que casi todo el mundo hace ejercicio, estos ataques de asma provocados por el ejercicio son un riesgo potencial que se debe tener en cuenta. Afortunadamente, en la mayoría de los casos se consigue un adecuado control con los medicamentos y otras medidas terapéuticas.
¿Cuáles son los síntomas del asma provocado por el ejercicio? Los síntomas, bien solos o en combinación, incluyen:
. Tos, aunque el asma no es la única causa.
. Opresión torácica o una sensación especial de tirantez, con dificultad para respirar y ruidos en el pecho (sibilancias).
. Disnea o falta de aire (esta sensación es distinta de la que se tiene cuando se está en mala forma física; en estos casos la disnea aparece mientras se hace ejercicio, así como en el asma la disnea suele aparecer al finalizar el esfuerzo).
Cronología del asma provocado por el ejercicio
- Los síntomas por lo general aparecen después de terminar el ejercicio y alcanzan su máxima intensidad a los 5 minutos.
- Los ataques más intensos pueden empezar durante el ejercicio, obligando a suspender el esfuerzo.
- Las sibilancias y la opresión torácica van disminuyendo en los siguientes 10 a 30 minutos, de forma espontánea. La recuperación puede tardar más si el ataque es serio.
¿Por qué el ejercicio provoca ataques de asma?
No se conoce el mecanismo exacto por el cual el ejercicio provoca ataques de asma. Parece ser que intervienen las terminaciones nerviosas que controlan los músculos y las glándulas de las vías aéreas, así como cambios en la distribución del flujo sanguíneo a través de los pulmones.
Una de las hipótesis más aceptadas supone lo siguiente: cuando hacemos ejercicio, la respiración se hace más rápida y profunda y ello, a su vez:
En el asma no tratado (o tratado de forma insuficiente), la mucosa de las vías aéreas está inflamada. La pérdida de humedad y quizás el enfriamiento de la mucosa de las vías aéreas, actúan como desencadenantes y hacen que las células inflamatorias de la mucosa inflamada liberen mediadores químicos, con distintas propiedades, que, entre otras acciones, provocan contracción de las células musculares de las vías aéreas, produciendo broncoconstricción y dando lugar a los típicos síntomas del ataque de asma.
. Aumenta la evaporación en la superficie de la mucosa de las vías aéreas, produciendo un aumento en la concentración de solutos en los ambientes celulares. Esto se conoce como aumento de la carga osmótica.
. Las vías aéreas se enfrían rápidamente, debido a las pérdidas de calor que produce la evaporación.
Evidencias que apoyan la hipótesis del mecanismo por el cual el ejercicio provoca ataques de asma
- El ataque de asma provocado por el ejercicio puede ser simulado (y provocado) de forma voluntaria, aumentando la frecuencia respiratoria.
- El respirar aire caliente y húmedo reduce o previene el asma inducido por el ejercicio. Parece ser que en estas condiciones se produce menos deshidratación y enfriamiento de la mucosa de las vías aéreas. Como consecuencia, se produce una menor liberación de mediadores químicos y hay menos broncoconstricción y menos síntomas de asma.
- Por el contrario, si se respira aire seco y frío, aumenta el asma por ejercicio. La sequedad y el enfriamiento de la mucosa de las vías aéreas producen una mayor liberación de mediadores químicos que causan broncoconstricción y los síntomas típicos del asma.
Gravedad de los síntomas
La gravedad de los síntomas depende de:
En resumen, el asma provocado por el ejercicio puede aparecer:
- La respuesta individual (algunos individuos son mucho más sensibles que otros). Esta respuesta puede, a su vez, variar de acuerdo con las circunstancias (peor durante los resfriados o en las crisis alérgicas).
- Lo seco y frío del aire: cuanto más seco y más frío sea el aire, mayores son los cambios en la mucosa de las vías aéreas y mayor el estímulo para la liberación de medidores químicos de la inflamación, que producen mayor broncoconstricción y que dan lugar a síntomas más serios.
- El ejercicio continuado (por ejemplo, carreras de fondo) produce ataques más intensos que el ejercicio intermitente (por ejemplo, el tenis).
- La intensidad del ejercicio también es importante; cuanto más intenso, más lo son los síntomas: el ejercicio intenso demanda una respiración más rápida y profunda, con la consiguiente deshidratación y enfriamiento de la mucosa de las vías aéreas.
¿Puedo hacer ejercicio si padezco de asma provocado por el ejercicio?
Definitivamente sí. Hay muchos atletas que presentan asma inducido por el ejercicio y hay muchas medidas que se pueden tomar para solucionar este problema:
Medicamentos antiasmáticos: hay varios medicamentos antiasmáticos, por lo general en inhalador, como por ejemplo salbutamol (Ventolin), terbutalina (Terbasmin), salmeterol (Serevent), formoterol (Oxis), cromoglicato sódico, nedocromil (Tilad), etc., que utilizados antes del ejercicio evitan el asma inducido por el esfuerzo.
Estos medicamentos, como el salbutamol, la terbutalina y el cromoglicato, están autorizados por los comités y autoridades deportivas, aunque esto varía de un país a otro. Los deportistas profesionales deben consultar con el médico en caso de que tomar medicamentos para el asma, pues algunos preparados contienen sustancias no autorizadas, como por ejemplo la efedrina.
Tipo de ejercicio adecuado: los pacientes que presentan asma de difícil control deberían intentar un tipo de ejercicio que puedan tolerar. La natación o el juego de bolos son particularmente adecuados. Igualmente, deben evitar hacer ejercicio cuando su asma esté inestable.
Tratamiento adecuado: es muy importante tener un tratamiento adecuado y óptimo del asma. Se debe de evitar estar sub-tratado, es decir, con dosis bajas de medicación o medicación inadecuada. Hay que tener en cuenta que en algunos pacientes sub-tratados, los ataques de asma durante el ejercicio pueden ser particularmente peligrosos en ciertas circunstancias, como cuando hay niveles altos de polución atmosférica, o en los días muy fríos.
Protección a corto plazo
Esta protección dura unas 3 ó 4 horas cuando la medicación se toma antes del ejercicio. Por lo general, este tipo de medicación en inhalador debe utilizarse únicamente en los casos de asma leve intermitente, donde no se utiliza medicación antiinflamatoria (preventiva) y sólo se usa medicación para aliviar los síntomas (broncodilatadores), que además, se utilizan menos de una vez al día. Entre los medicamentos que pueden ayudar para la protección a corto plazo, tenemos:

Inhaladores: sirven para aliviar los síntomas, que contienen broncodilatadores de acción corta (suelen ser de color azul), como el salbutamol o la terbutalina, y que evitan la broncoconstricción cuando se liberan los mediadores químicos. Su inicio de acción es rápido (1 a 5 minutos) y su duración es breve (4 a 6 horas como mucho).
Broncodilatadores de acción prolongada: en vez de los broncodilatadores de acción corta, se pueden utilizar broncodilatadores de acción prolongada (suelen ser de color verde), como el salmeterol o el formoterol, que utilizados cada 12 horas proporcionan cobertura las 24 horas del día. Estos broncodilatadores sólo se pueden utilizar de forma aislada (es decir, sin medicación preventiva), en circunstancias especiales, como el caso de un niño con asma leve, en un día con actividad deportiva prolongada y con acceso limitado a broncodilatadores de acción corta.
El cromoglicato de sodio y el nedocromil: se usan menos a menudo, pero pueden ser útiles en atletas amateur o profesionales.
Protección a largo plazo
Los medicamentos "preventivos" son muy útiles en el asma, reduciendo la inflamación de las vías aéreas, que es el mecanismo principal por el que se produce el asma bronquial. Cuando se utilizan de forma regular, producen una mejoría general de la enfermedad asmática, que incluye también los ataques provocados por el ejercicio.

Para que sean eficaces, estos medicamentos preventivos se deben utilizar de forma regular y por periodos largos de tiempo. No son eficaces tomados en dosis única antes del ejercicio y, por lo general, puede necesitarse una semana o más antes de que se consigan beneficios. Los principales medicamentos de este grupo son:
Corticoides inhalados: como la beclometasona (Becloforte), la fluticasona (Flixotide) o la budesonida (Pulmicort). Los corticoides inhalados son en estos momentos el principal tratamiento del asma bronquial por su eficacia y seguridad.
Los antagonistas de los receptores de los leucotrienos: como el zafirlukast (Accolate) o el montelukast (Singulair). Se presentan en tabletas y su eficacia es difícil de predecir, aunque se han mostrado útiles en el control del asma inducido por el ejercicio.
Fuente: http://informe21.com/asma/%C2%BFes-compatible-el-ejercicio-si-se-padece-de-asma

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