La clavícula es el hueso largo que une la parte superior del brazo con el tronco del cuerpo: un extremo de la clavícula se une con el esternón y el otro extremo con el omoplato. Es la única articulación que une la cintura escapular con el tronco y protege importantes vasos sanguíneos, el pulmón y el plexo braquial.
Aproximadamente el 5% de todas las fracturas tratadas en las urgencias de los hospitales son fracturas de clavicula. La parte más frágil de la clavícula es la unión entre sus dos tercios: medio y lateral. Las fracturas de la clavícula que terminan desplazadas de su posición anatómica pueden lesionar estas estructuras debido a su proximidad y lo afilados que resultan los bordes astillados.
Tipos de fractura de clavícula
La clavícula puede fracturarse en tres zonas diferentes:
- Tercera media: aproximadamente el 80% de las fracturas de clavícula se producen en el tercio medio del recorrido del hueso, que es la parte media de la clavícula.
- Tercera distal: en la parte final que se conecta con el hombro o el tercio lateral, se da en un 15% de los casos.
- Tercera proximal medial: tan solo en un 5% de las ocasiones la fractura se produce con asociación del tercio proximal o medial, es decir al final de la clavícula que se conecta con el esternón.
CAUSAS Y SÍNTOMAS:
Una fractura en la clavícula se puede producir bien por un duro impacto tras extender la mano durante una caída o bien por una caída sobre el propio hombro. Las clavículas de los niños son las más propensas a fracturarse debido a su relativa debilidad en comparación con la de los adultos. Incluso los bebés, en ocasiones, se pueden fracturar la clavícula al nacer.
Normalmente, las personas de edad avanzada -al tener más riesgo de caídas-, con osteoporosis u otras enfermedades óseas, y los deportistas que practican deportes de contacto habitual o incluso con cierta violencia suelen ser los más propensos a sufrir este tipo de lesión. El ciclismo, motociclismo, polo, rugby, fútbol, baloncesto o esquí son algunos de los deportes donde es relativamente más común este tipo de lesiones, sobre todo debido a malas caídas.
Síntomas de una fractura de clavícula
Los principales síntomas que origina una rotura de clavícula son:
- Principalmente el dolor, que puede llegar a ser intenso.
- Se puede apreciar el hombro caído, hacia abajo y hacia delante.
- Incapacidad para levantar el brazo por culpa del dolor.
- En el lugar de la fractura aparece un bulto o deformidad visible a simple vista. Incluso los huesos pueden llegar a salirse por la piel o verse fuera de sitio.
- Sensación de debilidad en el hombro y el brazo, se sienten adormecimiento y hormigueo.
- En el área afectada puede aparecer hinchazón y sensibilidad.
TRATAMIENTO:
Una vez que se diagnostica la lesión, los tratamientos pueden depender del daño y del tipo de fractura que se haya sufrido. Así, los especialistas recomiendan medicamentos para aliviar el dolor, como antibióticos o una inyección antitetánica si hay cortes en la piel, y colocar una férula o cabestrillo para que la clavícula no sufra más daños. Como terapia de apoyo siempre es muy útil utilizar hielo como método analgésico.
No obstante, siempre que la fractura sea severa –o si un deportista quiere volver muy rápido a la práctica deportiva–, se recomienda la intervención quirúrgica, sobre todo, si se observan signos radiológicos de fractura o existe laxitud articular. También puede necesitarse para arreglar una clavícula que se haya salido a través de la piel, tratar una lesión en un nervio o en un vaso sanguíneo. En el caso de una fractura severa, las técnicas utilizadas más comunes son la placa de compresión o el clavo intramedular (Steiman, Kirschner, Rush, etcétera).
El tiempo de recuperación puede abarcar entre cuatro y 10 semanas, según si hablamos de un niño o de un adulto. Durante las dos primeras semanas, en caso de que haya sido necesaria la operación, se deberá emplear un cabestrillo, para posteriormente empezar la rehabilitación.
Para conseguir una completa recuperación de una fractura de clavícula es importante realizar ejercicios de amplitud de movimiento y de estiramiento e incluso optar por el apoyo especializado de un fisioterapeuta. Recuerda que nunca se puede regresar a la actividad deportiva hasta que la lesión haya sanado de forma definitiva.
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