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domingo, 4 de noviembre de 2012

COMPLICACIONES EN LA OBESIDAD INFANTIL


La obesidad y el sobrepeso constituyen un grave problema de salud pública, por su alta incidencia, y por ser factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes,hipertensión arterial e hipercolesterolemia. Los niños obesos tienen un riesgo considerablemente mayor de padecer estas enfermedades y de desarrollar obesidad mórbida, la forma más grave del trastorno, al llegar a la edad adulta.
El sobrepeso, además, puede tener consecuencias negativas sobre el desarrollo emocional de niños y adolescentes. La obesidad, a pesar de su prevalencia, no está bien vista socialmente y puede generar en las personas que la padecen, y especialmente en aquellos cuya personalidad no está formada, sentimientos de inferioridad y baja autoestima. Pueden sentirse rechazados y aislarse, además de desarrollar actitudes antisociales ydepresión. El aislamiento social lleva a mayor sedentarismo y a una ingesta superior de calorías, lo que cronifica el problema.
  • Es importante recordar que muchos trastornos del comportamiento alimentario, como la bulimia y la anorexia, también pueden estar relacionados inicialmente con el sobrepeso.
  • Un escaso aporte de fibra, debido a una dieta inadecuada, y la escasez de actividad física pueden originar estreñimiento.
  • El exceso de peso supone una sobrecarga para los huesos y el aparato locomotor, disminuye la tolerancia al ejercicio físico, y provoca problemas respiratorios.
  • La obesidad también tiene consecuencias negativas para la piel, ya que favorece el desarrollo de infecciones en los pliegues, y la aparición de hematomas ante mínimos traumatismos.
TRATAMIENTOS:
La prevención de la obesidad debe comenzar en los primeros años de vida del niño, ya que unos correctos hábitos alimenticios y un estilo de vida saludable, inculcados desde la infancia, son más fáciles de mantener durante la adolescencia y la adultez, y constituyen las mejores armas para evitar el sobrepeso.
La escuela juega un importante papel en la prevención de la obesidad ofreciendo a los niños información sobre los aspectos nutricionales de los alimentos y cuáles son los hábitos alimentarios que deben adoptar para mantener una buena salud, como el comer verduras.
La detección precoz y la instauración de medidas higiénico-dietéticas adecuadas pueden corregir el problema antes de que vaya a más. La intervención alimentaria debe estar orientada a conseguir que el peso del niño disminuya, pero sin interferir en su crecimiento y desarrollo. Lo más efectivo es confeccionar un menú equilibrado, que incluya todos los alimentos necesarios en las cantidades adecuadas, y establecer unas pautas de ejercicio físico, reduciendo todo lo posible las actividades sedentarias.
Es muy importante que la familia se involucre en este cambio de hábitos de vida, procurando realizar las principales comidas juntos, cuando esto sea posible, y participando en los deportes y actividades lúdicas activas junto al menor.
Los objetivos se establecen a largo plazo, ya que es conveniente que la pérdida de peso sea lenta y progresiva y lo que se persigue, además de eliminar el sobrepeso, es establecer un estilo de vida saludable, basado en una alimentación equilibrada y la práctica de ejercicio físico.

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