Los
efectos de la deshidratación en el rendimiento cognitivo han sido
objeto de numerosos estudios. Con la idea de hacer un repaso del estado
actual de tales investigaciones Ana Adan, profesora del Departamento de
Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona, ha
realizado el análisis "Rendimiento cognitivo e hidratación", publicado
recientemente en la revista Journal of the American Colege of
Nutritition.
En este documento se detalla cómo la falta de reposición de líquidos
afecta en las actividades intelectuales, y la autora asegura que las
tareas cuya ejecución requieren "habilidades atencionales, psicomotoras y
de memoria inmediata, así como las evaluaciones de estado subjetivo",
son las más perjudicadas por un estado de deshidratación.
Se insiste además que, en contra de la creencia general, esta
carencia puede repercutir negativamente no sólo en las poblaciones más
vulnerables (ancianos y niños), sino también en adultos jóvenes.
La deshidratación se define como un balance negativo de agua corporal
cuando la excreción de líquidos excede al consumo, y se califica de
severa si la pérdida de agua corporal es superior al cinco por ciento.
En la población general, llegar a esta situación es raro, pero sí se
puede alcanzar una deshidratación leve (pérdida de 1-2 por ciento de
agua corporal) o moderada (pérdida del 2,5 por ciento). Así, un nivel de
deshidratación superior al dos por ciento disminuye la capacidad de
memoria a corto plazo tanto para la presentación de material verbal como
numérico, en adultos jóvenes y en personas mayores.
¿Qué necesidades de hidratación existen, por tanto, antes de una
tarea intelectual? El agua es la bebida de uso más universal y con su
consumo se puede mantener un perfecto estado de hidratación si nuestra
actividad es básicamente sedentaria. "Sin embargo, también debe
considerarse la administración combinada con agua de otras bebidas que
se conoce producen un mayor beneficio tanto a nivel físico como
cognitivo cuando queremos preservar nuestro rendimiento mental de la
deshidratación", explica la doctora Adan. Así, la composición de las
bebidas deportivas comerciales permite conseguir una rápida absorción
del agua y los electrolitos y su contenido en carbohidratos -entre el
6-8 por ciento- aumentan los niveles de glucosa en el organismo, lo cual
resulta esencial para el adecuado rendimiento físico y cognitivo".
El estudio de las relaciones entre hidratación y rendimiento
cognitivo es un área de trabajo incipiente. Cuidar el estado de
hidratación del organismo, incluso sin percibir la alarma de sed, es
clave, ya que de ello depende, en buena parte, nuestro estado general y
de rendimiento físico e intelectual, aún cuando nos hallemos en
situaciones sedentarias y óptimas condiciones climáticas.
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