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martes, 30 de octubre de 2012

¿POR QUÉ SI A LOS CARBOHIDRATOS?


Los carbohidratos integran, junto con las proteínas y las grasas, los denominados macronutrientes. Estos han sido uno de los nutrientes más desprestigiados en los últimos tiempos y considerados por muchos como enemigos cuando de adelgazar se trata; sin embargo mucho de lo que se dice no es cierto y así han surgido las dietas bajas en carbohidratos.
   Los carbohidratos constituyen la principal fuente de energía del organismo, ocupando las grasas el segundo lugar, ya que estas no pueden ser utilizadas por ciertos tejidos, como por ejemplo, el cerebro el cual usa principalmente carbohidratos como fuente de energía y generalmente el 50-60% de las calorías de la dieta deben provenir de los carbohidratos. Además un gramo de carbohidratos aporta 4 calorías al igual que un gramo de proteína, mientras que un gramo de grasa aporta 9 calorías.    Las dietas bajas en carbohidratos comúnmente reaparecen cada cierto tiempo, basadas en una dieta alta en proteínas, sin carbohidratos o con muy pocos, y con alto, medio o bajo contenido de grasas; y han surgido con distintos nombres entre los cuales se encuentran: 1) Revolución dietética; 2) Super energía dietética; 3) Las calorías no cuentan; 4) Última oportunidad; 5)Dieta Scardale; 6) Dieta mágica mayo; 7) Dieta Stillman; donde generalmente se cubren unas 1000 calorías al día con menos de 50 gr de carbohidratos y con 120 gr o más de proteínas. También han sido llamadas cetogénicas, por la formación de cuerpos cetónicos (que son compuestos que aumentan cuando se han agotado los carbohidratos de reserva y no se están administrando suficiente con la dieta para ser utilizados como energía) los cuales han sido relacionados como supresores del apetito y pero no ha sido efectivamente demostrado.    Cuando examinamos los argumentos de quienes defienden este tipo de dieta, se plantea que la ingesta ilimitada de calorías se asocia con una pérdida de peso consistente desde el punto de vista fisiológico que "supuestamente" se mantiene mientras continúe la dieta. Así se pone especial énfasis en la restricción de carbohidratos y se ignora el contenido calórico de los alimentos ricos en proteínas.    Conociendo que la obesidad es definida como una acumulación excesiva de grasa (más del 30% del peso corporal en forma de grasa en mujeres y más del 20% en hombres), esta grasa acumulada solo se podría perder cuando el gasto calórico supera a la ingesta, por lo cual ningún régimen nutricional donde se desea una disminución de peso puede resultar eficiente mientras no exista una disminución en la ingesta de calorías y un aumento en el gasto calórico.    Entonces al analizar este tipo de plan no encontramos ninguna evidencia científica que explique alguna ventaja en relación con otras dietas más convencionales para la pérdida de peso, pero si podemos enumerar algunas desventajas que se deben tener cuenta al momento de decidir realizar este tipo de plan:    Aumento de la concentración sanguínea de ácido úrico, lo cual podría provocar episodios de gota en individuos propensos a esta enfermedad.Y una dieta muy alta en proteínas puede originar una sobrecarga para el riñón, por lo que existe una mayor pérdida de agua por la orina provocando deshidratación, de esta manera se pueden desencadenar lesiones renales en personas con un daño previo. Y estas pérdidas de agua pueden ser hasta de 4 Kg en la primera semana (peso que se recupera al incorporar los carbohidratos de nuevo a la dieta). Una dieta baja o sin carbohidratos, hace que nuestro cuerpo destruya las proteínas de los músculos para convertirlas en glucosa y así poder satisfacer las necesidades del organismo (básicamente del Sistema Nervioso Central).

   Aumentan el riesgos de desarrollar enfermedades del corazón cuando la dieta se acompaña con un alto contenido de grasas. Frecuentemente se presentan episodios de nauseas, hipotensión y fatiga ("falta de energía") al realizar cualquier actividad física, la cual desaparece al ingerir carbohidratos, por lo que sin carbohidratos, el rendimiento deportivo disminuye y se sentirá débil y sin fuerzas para realizar las actividades diarias.

   Generalmente son bajas en vitaminas y minerales.    Cualquier dieta sin un balance, en particular este tipo, que cuestiona el porcentaje de calorías (45%) el cual usualmente se consume en forma de carbohidratos, probablemente producirá disminución del apetito y pérdida de peso en quien tenga ánimo de seguirla hasta el final. Por lo que es poco probable que este tipo de dieta sea un buen punto de partida para lograr una pérdida de peso prolongada y para convertirse en un plan de mantenimiento que pueda ser el esquema de alimentación para el resto de la vida.
Dra. Antonieta Rosales R.
Nutrólogo

FUENTE: nutriciontotal

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