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miércoles, 31 de octubre de 2012

COMPLICACIONES EN EL EMBARAZO


La preeclampsia es una afección propia de las mujeres embarazadas, que se caracteriza por la aparición dehipertensión arterial y proteinuria, es decir, presencia de proteínas en la orina. Si solo se manifiesta uno de los dos signos, por ejemplo, hipertensión arterial, no se puede decir que la embarazada padezca preeclampsia. En realidad, estos signos funcionan como alarmas que indican que algo no va bien en el sistema arterial de la futura madre, lo que exige un control de sus cifras de tensión para evitar que desemboque en otras complicaciones que son el verdadero peligro de la preeclampsia, entre ellas laeclampsia.
¿Por qué es tan grave la preeclampsia?
Como se ha descrito anteriormente, la preeclampsia es más que una hipertensión arterial durante el embarazo que daña a los riñones provocando la pérdida de proteínas por la orina. El problema es que no solo se dañan los riñones durante el curso de la preeclampsia, sino que también hay afectación de otros órganos como el hígado, el cerebro y la propia sangre. Si no se controla la hipertensión comienzan a aparecer complicaciones que ponen en peligro la vida de la madre y del feto.
Hoy en día la mortalidad y el desarrollo de complicaciones posteriores a la preeclampsia no son tan frecuentes como lo eran hace décadas. Una embarazada con un buen control médico, un tratamiento apropiado, y una vida saludable, es muy raro que pueda sufrir una eclampsia grave.
CAUSAS:
Durante siglos, la causa de la preeclampsia ha sido desconocida, o se le han atribuido orígenes místicos; ya en el siglo XX comenzaron a desarrollarse estudios que identificaron los principales factores de riesgo que favorecen el desarrollo de este trastorno, que son:

Relacionados con la genética
Tener familiares (madre o abuela) que hayan padecido preeclampsia en alguno de sus embarazos.
Haber padecido preeclampsia en algún embarazo previo.
Relacionados con el sistema inmunitario
Poco tiempo de exposición al semen de la pareja. Esto ocurre cuando el padre del bebé es una pareja nueva, o cuando se utilizan métodos contraceptivos de barrera.
Relacionados con la madre
Edad avanzada o adolescentes.
Primer embarazo.
Obesidad y diabetes.
Tabaquismo.
Sufrir estrés o realizar trabajos pesados.
Padecer enfermedades renales, inmunológicas, o alteraciones de la coagulación.
Relacionados con el propio embarazo
Embarazo múltiple.
Mola vesicular.
Anomalías fetales congénitas.
Padecer una infección urinaria durante el embarazo.
Por supuesto, todos estos factores no son determinantes, es decir, ninguno por sí solo o combinados pueden causar preeclampsia de forma inexorable, sino que simplemente están relacionados con su aparición. Gracias a la identificación de estos factores y a diferentes estudios biológicos, se puede dar una explicación sencilla de por qué se desarrolla esta enfermedad.
Cuando se produce la fecundación del ovocito por el espermatozoide del hombre se forma un óvulo que tiene mezclada la información genética del padre y de la madre. Este óvulo muy pronto comienza a dividirse, llega a las paredes del útero, y las invade para poder implantarse en su interior. La invasión depende de la futura placenta, que se llama trofoblasto y que, en condiciones normales, es capaz de integrarse completamente en el espesor de la pared uterina hasta que alcanza los vasos sanguíneos que aportarán sangre a la futura placenta.
Sin embargo, en las mujeres que desarrollan preeclampsia, la invasión no se produce correctamente, y no se alcanzan completamente los vasos sanguíneos; esto sucede porque el sistema inmunitario de la madre rechaza al trofoblasto, cuya genética depende directamente del espermatozoide paterno. Al no conseguir alcanzar correctamente los vasos sanguíneos, se produce una situación de isquemia a lo largo del embarazo; es decir, no hay sangre suficiente para toda la placenta y algunas células mueren soltando toxinas y productos de desecho que pasan a la circulación, alterando a arterias y arteriolas. Esto provoca una contracción difusa del aparato circulatorio y aparece la hipertensión arterial.
SINTOMAS:
Una embarazada con preeclampsia no siente nada. La preeclampsia no produce síntomas y la afección puede pasar desapercibida para las embarazadas que la padecen. Por eso son tan importantes los controles médicos que se realizan durante el embarazo.
Sólo si la preeclampsia es muy grave y la embarazada va a desarrollar eclampsia en las próximas horas, aparecen síntomas diversos, como:
  • Dolor de cabeza (casi siempre localizado en la nuca).
  • Somnolencia.
  • Desorientación y mareos.
  • Alteraciones en la visión (ver lucecitas o puntos negros).
  • Náuseas, vómitos, dolor en la tripa (como si la apretase un cinturón).
  • Sensación de falta de aire.
PREVENCIÓN:
Aunque muchos de los factores de riesgo de la preeclampsia no se pueden modificar (la genética, la edad…), otros sí son modificables y además hay medidas generales que se sabe que frenan el desarrollo de una posible preeclampsia:
  • No fumar: el tabaco aumenta las cifras de tensión arterial al dañar los vasos sanguíneos.
  • Mantener un peso adecuado: el sobrepeso y la obesidad favorecen las alteraciones metabólicas que producen hipertensión arterial y diabetes gestacional.
  • Evitar el estrés: aunque una embarazada no está limitada en su vida diaria, sí debe mantener un reposo relativo.
  • Dieta rica en calcio: consumir dos o tres gramos de calcio diarios a partir del primer trimestre de embarazo parece que disminuye el riesgo a padecer preeclampsia. Todavía no está claro si merece la pena administrar suplementos de calcio a las embarazadas en forma de pastillas o píldoras, ya que existen estudios a favor y en contra de ello.
  • Complementos de ácido fólico: esta sustancia es capaz de reducir el riesgo de preeclampsia, ya que disminuye la concentración de homocisteína en sangre, que es una de las “toxinas” que aumenta. Además, evita malformaciones embrionarias como laespina bífida.
  • Dieta rica en antioxidantes: la vitamina C y la vitamina E son potentes antioxidantes que eliminan radicales libres y otras sustancias que forman parte de las “toxinas” antes comentadas. La vitamina E se encuentra sobre todo en vegetales de hoja verde (acelgas, espinacas, brócoli...), cereales y frutos secos. La vitamina C es abundante en cítricos y otras frutas (naranja, pomelo, kiwi, frambuesa...).
  • Dieta rica en pescado azul: este tipo de pescado es rico en vitaminas y en ácidos grasos omega 3, que tienen un papel esencial en la protección del endotelio que recubre el interior de los vasos sanguíneos.
FUENTE: webconsultas


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