Sabemos de sobra que el consumo excesivo de azúcar se relaciona con patologías de diverso tipo, como obesidad y diabetes. Esta toma de conciencia hace que muchas personas intenten no añadir azúcar a sus comidas o bebidas, para lo que utilizan otro tipo de edulcorante, añaden menos cantidad de azúcar o eligen alimentos “sin azúcar añadido”. Pero en ocasiones puede que no seamos del todo conscientes del azúcar que se esconde en las comidas.
Ese azúcar es el que de por sí se le añade al alimento en su proceso de elaboración, que puede que sea excesivo, por lo que es fundamental saber leer las etiquetas nutricionales de los alimentos. De esta forma podremos descubir el azúcar que se esconde en los alimentos y que quería pasar desapercibido.
Lo primero es no fiarse del rótulo grande de “light”, “bajo en calorías” o “sin azúcar añadido“, puesto que esto no nos garantiza nada acerca de la calidad nutricional del alimento, ni tampoco quiere decir que no contenga un exceso de azúcares u otros ingredientes que no son saludables en exceso.
Por ejemplo, algunos productos “bajos en calorías” o que se promocionan como dietéticos o comoaptos para niños, solo contienen una pequeña diferencia de azúcar (tal vez un 10-15% menos) con respecto al producto que no lleva la etiqueta de light. Es decir, que realmente no estamos consumiendo un alimento bajo en calorías, simplemente tiene unas pocas menos calorías que el producto habitual, que pueden seguir siendo más de las recomendadas.
En cuanto a los “sin azúcar añadido”, ya os he dejado un enlace anteriormente en el texto, pero como resumen, decir que el hecho de que en el proceso de elaboración no se le añada azúcar, no quiere decir que el alimento sea saludable. Se le puede haber añadido exceso de grasas o de otros componentes no del todo saludables. Además, el alimento por sí mismo puede que contenga elevada cantidad de azúcar, o que el azúcar se genere durante el propio proceso de elaboración.
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