Los folatos son un tipo de vitamina B (B9, en concreto) que sólo podemos obtener a través de la dieta o, en su defecto, en compuestos fabricados artificialmente, en cuyo caso se denomina ácido fólico o ácido folínico. Esta vitamina es necesaria para el desarrollo normal del cuerpo humano, ya que está involucrada en la producción del material genético (ADN y ARN) y participa en numerosas funciones corporales (como la formación de glóbulos rojos, por ejemplo). Además, los folatos contribuyen a mantener las funciones del tracto intestinal, ayudan a prevenir ciertos tipos de anemia e incluso algunos tipos de cáncer (colon, mamas, etcétera).
Fuentes de ácido fólico
Si quieres saber de dónde puedes obtenerlos toma nota: en los alimentos están presentes en los vegetales de hoja verde (acelgas, espinacas, lechuga, coles de Bruselas, brócoli o espárragos), en las frutas (cítricos en general y plátanos y melones), legumbres, leche, huevos, frutos secos, carne (especialmente hígado y riñones) y cereales integrales.
El ácido fólico y el ácido folínico, más activos que los naturales, se elaboran de forma artificial y se encuentran en forma de suplementos vitamínicos o añadidos a ciertos alimentos (en Estados Unidos se agrega desde 1998 a todos los productos de grano, como la harina, aunque no toda la comunidad médica está de acuerdo con esta medida, que no se ha extendido a Europa).
Desde cuándo y cómo he de tomar ácido fólico
Lo ideal, aconsejan los expertos, es que se empiece tres meses antes del embarazo –se receta siempre en la llamada visita preconcepcional, recomendable para todas las parejas que estén pensando en procrear– y, si se tarda más en quedarse embarazada, no pasa nada, el ácido fólico no tiene ningún efecto secundario. En todo caso, siempre debes consultar con un médico para que te indique qué preparado tomar y en qué dosis.
Si ya estás embarazada, tu ginecólogo te prescribirá un preparado desde la primera visita, y continuarás tomándolo hasta el final del primer trimestre de gestación. Después, será él quien te indique si es necesario seguir con este suplemento, que a veces se receta cuando la embarazada sufre algún tipo de anemia.
Si vomitas de forma habitual en el primer trimestre de gestación, procura tomar el suplemento en la hora del día y con el alimento que mejor retengas.
¿No basta entonces con un dieta rica en folatos?
No, no basta con una dieta rica en folatos para cubrir la dosis necesaria de esta vitamina en una mujer embarazada, ya que:
- Una media del 70% de los folatos contenidos en los alimentos se destruyen por el calor, la cocción, el contacto con el aire y el tiempo de almacenamiento. Las verduras pierden hasta el 80% cuando las cueces.
- Los folatos naturales se absorben peor (una media del 50%) que sus derivados artificiales (100%), ya que el organismo necesita metabolizarlos previamente. Además, la absorción es muy variable de unos alimentos a otros.
- Por todo ello, se calcula que sólo se aprovecha entre el 25 y el 50% de la vitamina B9 contenida en los alimentos.
Lo mejor: combinar ambas cosas, una dieta equilibrada rica en verduras, frutas y cereales integrales, con la ingesta de un suplemento de ácido fólico.
Fuente: webconsultas
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