En fin, el verdadero problema no recae en la vergonzosa conducta narcisista (bah, sí, también), sino en la posibilidad de provocarnos alguna lesión solo por hacer el tonto.
Bien, éste es solo uno de los tantos errores que cometen los hombres al ir a un gimnasio.
¿Cuáles son los otros? Los que detallaremos en la siguiente lista para que, usted, usted y usted también, puedan volver del gimnasio sanos, salvos y ejercitados.
¿Cuáles son los otros? Los que detallaremos en la siguiente lista para que, usted, usted y usted también, puedan volver del gimnasio sanos, salvos y ejercitados.
- Dedicar mucho tiempo es un error común: la visita al gimnasio debe medirse por productividad, no por lapsos espaciales. Está comprobado que hasta con veinte minutos puedes llegar a tener buenos resultados, los mismos que tendrías pasando 5 horas.
- Entrenar fuertemente, sin descanso es otro grave problema. De nada sirve agotar al músculo, es mejor ir trabajándolo de forma sucesiva. Y, para poder responder mejor, es obvio que debemos alternar períodos de actividad con períodos de reposo.
- A menudo, ciertos sujetos se emocionan con alguna actividad en particular y se abocan solo a ella. Esto representa un ejercicio obsoleto, pues en el gimnasio lo mejor siempre es ir alternando las cargas y las zonas a trabajar. La rutina de ejercicio físico debe ser variada y completa.
- En la bicicleta fija o en la cinta, algunos tienen el mal hábito de ponerse a charlar o dialogar. Esto, si bien no es trágico, es un vicio poco útil para los fines de la labor aeróbica. Al pronunciar palabra, cambiamos el ritmo lo cual no solo puede provocarnos una lesión sino también un agitamiento que pasará a confundirnos (pensamos que estamos cansados, y solo estamos agitados).
- No ajustar la máquina a la talla adecuada puede ser dañino para la salud del deportista. No hablamos del peso, sino de la colocación (altura o distancia) de los aparatos, es decir, de las maquinarias. A veces, al colocar mal el orden de dicho instrumento se puede desviar la zona de desgaste y causarnos algún tipo de lesión.
- Metas largas: no parece una buena decisión planificar a largo plazo. Decidir, por ejemplo, la visita al gimnasio diaria puede ser un error. Es mejor ir de a poco, colocar metas cortas (ejemplo: proponerse acudir 3 veces por semana) para así poder cumplirlo y, luego, con confianza, sí ir aumentando nuestros objetivos con empresas más ambiciosas.
Fuente: SobreTodoSalud
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