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domingo, 18 de noviembre de 2012

Niños Tímidos o Agresivos - Pautas Educativas de Riesgo


Por Sergio Villani

Tomemos 2 estilos de comportamiento (no deseados) muy frecuentes en niños: el agresivo y el tímido:

Los niños con un comportamiento agresivo tienen dificultad para ponerse en el punto de vista de los otros, victimizan a sus compañeros, son impulsivos y hostiles. Sus padres tienen a ser, o bien permisivos e indulgentes (sobre todo cuando son pequeños) o son coercitivos y punitivos (más frecuente a medida que crecen). Estas reacciones no son adecuadas pues alimentan el ciclo (hostilidad – agresividad) entre padres e hijos. Por el contrario, las estrategias inductivas (democráticas) basadas en la reflexión de lo ocurrido ayudan a estos niños a ponerse en el lugar de los demás, a pensar en las causas y consecuencias de sus acciones.

Los niños tímidos suelen ser inseguros en sus relaciones sociales, solitarios e inhibidos ante los demás. Frente a esta situación muchos padres intentan tomar el control resolviendo de modo directivo todos sus problemas sociales y así “protegerles”. Todo ello, aumenta aún más su sumisión, dependencia y sentimientos de angustia e inseguridad. Lo que necesitan estos niños es un ambiente hogareño poco estresante, buenos modelos de relaciones sociales en sus padres, apoyo en su autoestima, darles ocasiones para que incrementen sus sentimientos de competencia social, propiciar de modo indirecto encuentros con otros niños, que la atención familiar no sea centrada en ellos.

Pautas educativas de riesgo:

  • Disciplina incoherente: Los padres no mantienen la misma pauta o normas hacia los hijos. Bien sea por incoherencia intraparental que expresa el modo como se premian conductas prohibidas y se castigan reacciones adaptativas, ceden ante sus presiones y cambian de forma repentina sus expectativas; o por la incoherencia interparental que indica la inexistencia de acuerdo entre el padre y la madre sobre las normas de disciplina, hay interferencia en las decisiones a tomar respecto al hijo y también en el seguimiento de los castigos.
  • Disciplina colérica y explosiva: El caso más extremo es el maltrato infantil. Se suelen producir largos episodios de conflictos entre padres e hijos, un aumento progresivo de los castigos y uso frecuente de las humillaciones.

  • Baja implicación y supervisión: Los padres no están implicados en la educación de sus hijos y no se preocupan en controlarles, ni se interesan por ellos. Ignoran que actividades realizan sus hijos, no saben quienes son sus amigos, ni como van en sus estudios. Incluso aún sabiendo que sus hijos tienen malas compañías, se sienten incapaces e indiferentes para impedirlo y controlarlo. Además no suelen realizar actividades con sus hijos.

  • Disciplina rígida e inflexible: Los padres no adaptan sus estrategias de acuerdo a su edad, o el tipo de comportamiento implicado en el conflicto. No ajustan la intensidad de la amonestación a la gravedad de la infracción, y no usan técnicas de negociación de conflictos. 

Sergio Villani.
Psicólogo Infantil. Valencia Estado Carabobo
Instituto de Especialidades Quirúrgicas IEQ Valencia piso 7 consultorio 701
(0424) 831 22 42 (sábado de 8am a 2pm)

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